
No soy poeta, solo soñador.
Nunca viví sino solo soñé que vivía,
Por eso sentí que tu piel es ese susurro
entre la noche que quiere terminar, asustada de su silencio
y el día que no quiere nacer, temeroso de deslumbrar.
Por eso deslizo mi aliento por tu piel para prolongar el reino secreto.
Yo soy la noche y soy el día sin ser ninguno de ambos,
Porque de la noche puede hablarse y del día también,
Y yo no quiero palabras, ni nada que pueda definirse,
Porque si no, ¿de qué modo amaría al secreto?
Juan Trigo
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